Jacob vio a su Redentor—La ley de Moisés simboliza a Cristo y prueba que Él vendrá. Aproximadamente 559—545 a.C.
1
Ahora bien,
aJacob habló muchas otras cosas a mi pueblo en esa ocasión; sin embargo, solamente he hecho
bescribir estas cosas, porque lo que he escrito me basta.
2 Y ahora yo, Nefi, escribo más de las palabras de
aIsaías, porque mi alma se deleita en sus palabras. Porque aplicaré sus palabras a mi pueblo, y las enviaré a todos mis hijos, pues él verdaderamente vio a mi
bRedentor, tal como yo lo he visto.
3 Y mi hermano Jacob también lo
aha visto como lo he visto yo; por tanto, transmitiré las palabras de ellos a mis hijos, para probarles que mis palabras son verdaderas. Por tanto, ha dicho Dios, por las palabras de
btres estableceré mi palabra. No obstante, Dios envía más testigos y confirma todas sus palabras.
4 He aquí, mi alma se deleita en
acomprobar a mi pueblo la verdad de la
bvenida de Cristo; porque con este fin se ha dado la
cley de Moisés; y todas las cosas que han sido dadas por Dios al hombre, desde el principio del mundo, son símbolo de él.
5 Y mi alma también se deleita en los
aconvenios que el Señor ha hecho a nuestros antepasados; sí, mi alma se deleita en su gracia, y en su justicia, y poder, y misericordia en el gran y eterno plan de redención de la muerte.
6 Y mi alma se deleita en comprobar a mi pueblo que
asalvo que Cristo venga, todos los hombres deben perecer.
7 Porque si
ano hay Cristo, no hay Dios; y si Dios no existe, nosotros no existimos, porque no habría habido
bcreación. Mas hay un Dios, y es Cristo; y él viene en la plenitud de su propio tiempo.
8 Y ahora escribo algunas de las palabras de Isaías, para que aquellos de mi pueblo que vean estas palabras eleven sus corazones y se regocijen por todos los hombres. Ahora bien, éstas son las palabras, y podéis aplicároslas a vosotros y a todos los hombres.
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